TOWERS
OF TIGRAY

Primeras ascensiones en una tierra
de tradiciones escaladoras milenarias

Los escaladores Caroline Ciavaldini y James Pearson, acompañados por su hijo Arthur, descubren una confluencia de culturas escaladoras mientras exploran el norte de Etiopía. Un lugar donde las tradiciones ancestrales dan paso a las primeras vías. Donde la curiosidad conduce a nuevas experiencias. The Towers of Tigray es, pues, mucho más que una película sobre escalada; es una historia sobre cómo afrontar lo desconocido y no perder nunca la capacidad de asombro de nuestra infancia.

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EL EQUIPO

EL LUGAR

LA HISTORIA

Cuando te mueve la necesidad de explorar y deambular al compás de la curiosidad, lo más natural es querer inculcar esos valores en quienes más quieres.

«Para nosotros, la clave de la vida es la curiosidad y no tener miedo a lo desconocido. Como padres, hacemos todo lo posible por predicar con el ejemplo. Hemos querido que Arthur forme parte de esta expedición no solo por las vivencias, sino porque le servirá para sacar fuerza y coraje en el futuro». 

- Caroline

EL EQUIPO
EL LUGAR

Tigray se encuentra en un altiplano semiárido de Etiopía septentrional. Es una región de elevaciones espectaculares, precipicios escarpados y una larga tradición de montañismo. Sin embargo, las gentes autóctonas no escalan por placer. No les mueve ningún reto personal ni la intención de abrir una vía. Escalan para acercarse al cielo. Sin arnés ni cuerda dinámica, sin pies de gato ni protecciones, escalan hasta monasterios en las alturas e iglesias cinceladas en la arenisca rojiza. Con todo, la recompensa es la misma que reciben los escaladores del mundo entero: un profundo sentimiento de realización e impresionantes vistas de un paisaje que pone a los humanos en su sitio.

«No soy religioso; pero, después de escalar por primera vez hasta la cima de una de estas torres y sentir el poder que transmite, creo que entiendo por qué quieren subir hasta ahí arriba». 

- James

EL LUGAR
LA HISTORIA

Las imponentes torres de la región de Tigray, que se elevan cientos de metros hacia el firmamento, siguen en su mayoría invictas. Pero, como exploradores curiosos, Caroline y James no pudieron resistirse a las mil y una grietas que ofrecen con descaro recovecos donde asirse. Tras calentar motores en una vía abierta en 2005 y dar el salto a una torre no escalada de roca impredecible, se han ganado el título de auténticos escaladores de expedición.

«Dedicamos varios días a buscar la mejor torre y esa... no sé... esa tenía algo muy especial. Quizás fuera porque estaba tan ladeada que parecía que fuera a caerse de un momento a otro. El problema era que, como no había ni una rendija, no había una ruta clara. O sea, que tendríamos que escalar la cara». 

- Caroline

LA HISTORIA

Desafía las condiciones más extremas
a grandes altitudes